domingo, 4 de diciembre de 2016

Ella, En Ruinas


Siempre había sido bella, brillante y eterna; parecía la promesa cumplida de un paisaje perpetuo. 

Serena, siempre serena… así contempla la vida, con una paz perene, con una eterna sonrisa.

Aquella mujer que lo dio todo, que cobijó en tormentas a su hija, ¿cómo pago tanto amor? ¿Cómo detengo del tiempo la prisa?

Y es que ella ni siquiera sospecha lo que para mí es y ha sido, que sin su presencia me perdería en un abismo.

Nunca me dejes, le pido en silencio; no me abandones, le susurro hacia mis adentros.

Ahora que la vi en ruinas, se me fue media alma, casi perdemos juntas la vida.

No te vayas nunca, te quiero aquí, aunque sea egoísta, aunque estés en ruinas.




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