martes, 24 de agosto de 2010

Sabios de Lento Caminar

Imagen: snf-solutions



Sujetaron tu mano en la infancia, cuidando de ti cuando eras vulnerable a todo y tu vida comenzaba.


Sumergidos en tu sonrisa, en tu rostro y en tu mirada; te creían poeta, médico o edificador de milagros.


Soñaron tus sueños, cantaron tu canto, lloraron tu llanto y en cada paso te acompañaron.


Repitieron mil veces una palabra hasta que la hiciste tuya.


Acariciaron tu rostro otras mil, hasta enseñarte a sonreír aún en la penumbra.


Crearon magia e ilusión, destruyeron mitos y toda decepción.


Combatieron contigo tus temores, y siempre triunfantes te mostraron el camino hacia algo mejor, en ocasiones hasta haciéndose el ejemplo de tu propia salvación.


Jamás hubo un reproche; sólo un corazón, que latiendo en tu cuerpo, les dio vida a los dos.


Por eso ahora sé piadoso, cauto y amoroso; cuando ellos interrumpan tu andar cotidiano, pues cuando tú lo hiciste, por ti todo lo dejaron.


Busca palabras suaves, limpias y amorosas, ya que ahora es tu tiempo de devolver la dicha prodigiosa.


Si los tienes, no sueltes su mano hasta el último momento; y si crees que ya no los tienes, ellos estarán sujetando la tuya hasta tu último momento.


Así es la ley de la vida, así es la ley de Dios, tus padres serán siempre tus padres, pues te crearon del alma y del corazón.


viernes, 13 de agosto de 2010

Maravillosos Seres de Dios
















Con paso amable recorren esta vida, disfrutando de cada instante. De la mañana, del sol y del viento. Toman la sombra bajo un árbol, y les ladran a los pájaros.



Observan curiosos su entorno, y se sorprenden ante la magia y sencillez de la vida.



Huelen el aire y saben lo que depara el destino de las flores.



Permiten que el pasto juegue entre sus almohadillas, y disfrutan cada momento.



Saborean su comida como si fuera la primera vez o la última que la probaran.



Pasan por esta vida como grandes sabios que saben de donde vienen, y a donde van, y nos permiten acompañarlos.



No dudan del mañana, y al pasado no le reprochan nada. Este instante, esta respiración es la que cuenta, pues saben que sólo en el presente está Dios.



Seres de nobleza y lealtad, permítanos seguirlos admirando, y aprendiendo de ustedes, para algún día alcanzar la gloria que a ustedes jamás les será negada.



Sabios del día y de la noche, muéstrenos el camino que sólo ustedes conocen.





“El trato que les des a los perros, refleja tu valor como ser humano.”
Rubrikka

jueves, 5 de agosto de 2010

Rubrikka

Tan personales y únicos son la firma y el nombre, como la persona.






Aunque los habemos de distintas razas, tamaños, colores y demás características, todos los seres humanos compartimos el mismo ADN y tenemos el mismo origen. Y es el origen del que venimos, así como el camino que recorremos a lo largo de nuestra vida, lo que nos hace únicos e irrepetibles; lo que nos hace tan valiosos, lo que forma lo que somos y lo que hacemos.



Millones de individuos habitamos este vasto y maravilloso planeta, hemos hecho de él lo que es ahora, y lo mismo pasa con todas las personas que nos rodean. El ser humano se rodea de todo tipo de seres humanos, pero de lo que muy pocos se dan cuenta, es del valor que todos estos seres pueden aportar a nuestras propias vidas.



Pasamos por esta vida creyendo que lo sabemos todo, que lo que pensamos es la realidad absoluta. Ejercemos juicios sobre todo y sobre todos. Y así, con los ojos cerrados a nuestro entorno, pasamos por la vida.



Cada instante, cada experiencia y cada individuo que cruza por nuestro camino, es un potencial maestro. Si tan sólo nos mostramos dispuestos a aprender, así como lo hace un niño que va por primera vez a la escuela; sin juicios ni prejuicios, tendremos al mundo en nuestras manos.



Recientemente me cuestionaron erróneamente acerca del por qué no tengo juicios sobre lo que leo, pero no es así. Lo que no hago es juzgar al que leo, al individuo, al que al igual que yo ha vivido una vida totalmente irrepetible, al que ha formado una personalidad, un carácter y un destino basado en las experiencias y vivencias tan particulares que le han hecho lo que es ahora. ¿Cómo saber si un individuo ha logrado obtener algún aprendizaje de la vida que le ha tocado vivir? ¿Cómo saber si un individuo está pasando por un momento difícil en la vida? ¿Cómo se juzga a quien no se conoce? Simplemente no se hace, no se hace si no deseas que se haga también contigo. Por eso leo sin juzgar, sin juzgar a la persona, a quien no se cómo le ha ido en el día o en la vida. Nadie tiene derecho a hacer eso, todos somos un producto de los fenómenos y factores que nos han tocado experimentar; lo que cada individuo decida hacer con el producto de lo que le ha tocado vivir, será su propia consecuencia. Cada acción tiene una reacción, resultado, respuesta o consecuencia; y es eso lo que a cada cual nos toca vivir.



Leo sin juzgar porque estoy conciente de que nadie tiene la verdad absoluta, de que todos los días se puede aprender algo nuevo, o al menos reflexionar sobre el por qué de puntos de vista tan diversos.



No estamos cortados con el mismo molde como si fuésemos galletas. Nadie comparte exactamente las mismas ideas, ideologías, creencias, pensamientos, preferencias, tiempos, ni espacios que otro individuo. Somos individuales, seres únicos e irrepetibles, seres espirituales teniendo una experiencia física; y con la única constante de que todos dejaremos de existir un día. Lo que cada quien haga con el tiempo que le toca depende de sí mismo, pero a ello siempre corresponde una consecuencia, y eso lo sabemos muy bien.



Por todo esto deseo estar libre de prejuicios, para no juzgar a nadie, para estar abierta a aprender a cada instante y de lo que cualquier persona pueda aportar a mi experiencia individual. Es mi propia responsabilidad discernir entre lo que deseo o no, hacer parte de mi persona. Es mi responsabilidad escuchar, leer, ver y experimentar, para crecer como ser humano. De esta manera tendré un conocimiento más sólido de las cosas, mi crecimiento intelectual y emocional serán constantes y mis opiniones serán más enriquecedoras, para mí y para el que las desee escuchar. Deseo ser una estudiante perpetua de la vida, por que sólo aquel que está abierto a aprender a cada instante jamás terminará de crecer y de maravillarse.



Por eso quiero estar siempre libre de prejuicios, para tener una visión más grande de mi propia experiencia, y así poder ver las cosas como realmente son.



Esta es mi rúbrica.